Estos animales salen de la
lista roja de especies a punto de desaparecer, aunque siguen siendo
vulnerables.
Una buena noticia para la biodiversidad del planeta:
los emblemáticos oso panda gigantes (Ailuropoda melanoleuca) símbolo de
la protección medioambiental hasta el punto de formar parte del logo de la ONG
WWF han abandonado la lista roja de especies en peligro que elabora la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Así, la población de pandas gigantes se elevó un 17%
en 10 años, entre 2004 y 2014, en su hábitat natural, que en su momento fue
prácticamente todo el sur de China. Es decir, se pasó de 1.596 a 1.864 pandas
gigantes en libertad. Las medidas de protección puestas en marcha por Pekín
desde hace años para proteger a este emblemático animal han dado su fruto.
China prohibió el comercio de pieles de panda gigante
en 1981, y en 1988 la Ley de Protección de la Naturaleza prohibió la caza
furtiva de estos animales, que gozan desde entonces de la máxima protección
legal. Hoy en día, hay 67 reservas naturales en China, que juntas suman casi
1,4 millones de hectáreas y donde habitan el 67% de la población total de
pandas salvajes.
No obstante, esta recuperación puede verse en peligro
a pesar de los esfuerzos de reforestación de los bosques de bambú, el hábitat
ideal para estos animales: el calentamiento global amenaza a más del 35% de
este hábitat en los próximos 80 años. Por eso, aunque ya no estén oficialmente
"en peligro de extinción", siguen siendo "vulnerables".
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